Hemos tenido unos años de crecimiento cimentado en el sector de la construcción del que todo bicho viviente ha estado mamando a sabiendas de que no podría tirar del carro durante mucho tiempo. Maestros, abogados, jubilados, presidentes de escalera, agentes de tráfico, panaderos, fresadores, el que más o el que menos se ha hipotecado en créditos indecentes para promover, construir o simplemente comprar. En lugar de buscar alternativas de formación e inversión, nuestro país ha seguido forrado costas, mesetas y montañas de ladrillos, pensando en su revalorización continua e infinita. Ahora, cuando la economía mundial se tambalea, no quedan más cojones que sacar la muleta y hacer lo aquello por lo que se nos reconoce fuera..... A TOREAR!!!!
4/12/2008
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